La gentileza es una de las cualidades que más debe ser practicada, porque generalmente lleva a quien recibe, un sentimiento de amparo y de dedicación. La palabra gentileza, al ser pronunciada suena a armonía, delicadeza y suavidad.
Existen algunas recetas para ser gentil, pero antes de aprenderlas es importante saber que cuanto más se ejerce, más siente voluntad de practicar, el retorno garantizado, siempre será un gracias, un buen pensamiento, un agradecimiento inusual.
La gentileza puede ser practicada de muchas maneras diferentes, a través de acciones, palabras, gestos o actitudes, por ejemplo: al ayudar a alguien a cruzar la calle; ofreciendo el hombro amigo, salvando un pequeño animal de algún problema; una sonrisa. Siempre es bueno saber de que no hay límites para la práctica de un acto gentil y tampoco de quien irá a recibirlo.
La gentileza puede ser practicada para uno mismo, cuando en medio de la rutina agitada, se detenga para respirar hondo y mirar el cielo, cocinando un plato delicioso, incluso si está solo, haciendo aquella organización de cosas para obtener más espacio, y hasta, ¡para desarreglarlo nuevamente!
Por tal motivo, recuerde siempre que la gentileza debe ser parte de la vida cotidiana, para uno mismo o para los demás, ya que quien practica la gentileza, con seguridad, también le gusta recibir.
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