viernes, 29 de octubre de 2010

Lisandro Aristimuño


Lisandro Aristimuño (Viedma1978) es un cantante y compositor argentino. Su padre era director de teatro y su madre actriz. Pasó su infancia en Luis Beltrán (Río Negro), la primera parte de su adolescencia en Viedma y luego un año en la ciudad de Mendoza donde estudió composición1 . Sus primeras canciones nacieron en 1993, cuando integraba la banda "Marca Registrada" como cantante y guitarrista. Se instaló en Buenos Aires en el año 2002.
Este joven artista nos muestra a través de sus canciones vientos del sur, extensiones húmedas de colores y paisajes humeantes, fusionando en su estilo ritmos folclóricos, efectos electrónicos y un particular instinto pop.
Se encarga de escribir las canciones y los arreglos de guitarra como también las programaciones. Presentó sus canciones a la compañía discográfica Los años luz y editaron juntos el disco Azules Turquesas.
Formó una banda para el segundo disco, Ese asunto de la ventana (2005), en la que participó el músico Kevin Johansen. El disco tuvo reconocimiento en parte gracias al aporte del dibujante Liniers quien lo hizo aparecer en una de sus tiras del diario La Nación. Su trabajo del 2007 es "39º". Los últimos años ha dado conciertos en ciudades de Argentina, como también en Uruguay y España. En 2009 editó Las crónicas del viento con la participación de Fito Páez, Diego Frenkel y Palo Pandolfo.

GENTILEZA

La gentileza es una de las cualidades que más debe ser practicada, porque generalmente lleva a quien recibe, un sentimiento de amparo y de dedicación.  La palabra gentileza, al ser pronunciada suena a armonía, delicadeza y suavidad.

Existen algunas recetas para ser gentil, pero antes de aprenderlas es importante saber que cuanto más se ejerce, más siente voluntad de practicar, el retorno garantizado, siempre será un gracias, un buen pensamiento, un agradecimiento inusual.

La gentileza puede ser practicada de muchas maneras diferentes, a través de acciones, palabras, gestos o actitudes, por ejemplo: al ayudar a alguien a cruzar la calle; ofreciendo el hombro amigo, salvando un pequeño animal de algún problema; una sonrisa.  Siempre es bueno saber de que no hay límites para la práctica de un acto gentil y tampoco de quien irá a recibirlo.

La gentileza puede ser practicada para uno mismo, cuando en medio de la rutina agitada, se detenga para respirar hondo y mirar el cielo, cocinando un plato delicioso, incluso si está solo, haciendo aquella organización de cosas para obtener más espacio, y hasta, ¡para desarreglarlo nuevamente!

Por tal motivo, recuerde siempre que la gentileza debe ser parte de la vida cotidiana, para uno mismo o para los demás, ya que quien practica la gentileza, con seguridad, también le gusta recibir.