Cuando lo consultaron, éste les dijo: "Simulad que claváis una estaca cuando lleguéis al camello número 20, pues como el camello es un animal muy tonto, creerá que está atado".
Efectivamente así lo hicieron, y a la mañana siguiente todos los camellos estaban en su sitio y el número 20 al lado de lo que imaginaba una estaca, sin moverse de allí. Al desatarlos para marcharse, todos se pusieron en movimiento menos el número 20 que seguía quieto, sin moverse. Entonces el jefe dijo: "Ahora, haced el gesto de desatar la estaca de la cuerda, pues el muy tonto aún se cree atado".
Así lo hicieron y el camello entonces se levantó y se puso a caminar con todos los demás.
Esta es una buena imágen que ilustra en qué consiste la situación humana. Vivimos programados e incapaces de ver por nosotros mismos ni decidir por nosotros mismos, sino por hábitos, por herencias y gestos determinados por la costumbre y por nuestra programación. El viejo cuento del pez que no quería salir de su pecera porque tenía miedo de ahogarse en el mar sería la mejor definición del hombre frente a su realidad.
Cuando estamos dormidos no tenemos miedo de los sueños, pero sí tenemos miedo de despertar a la realidad, porque supone un cambio. Preferir los sueños a la realidad es de muy tontos, pero lamentablemente vivimos así.
Cuando venía para aquí, en el avión, me dijeron: "¡Mira, ya salimos de la India, ahí está la frontera!"
Yo me asomé y por más que miré no vi ni una sola línea ni una barrera natural de separación. ¡Nada! ¡Pero es que existen barreras en la Naturaleza? No están más que en nuestra mente, son parte de nuestra programación.
Toda la tierra es de todos, y toda cultura no es más que ideas que nos separan.
Anthony de Mello (1931-1987) nació en la India, ingresó en la orden jesuita y luego estudió Psicología en EE.UU. Fue un notable predicador que trató de transmitir los valores de la sabiduría oriental buscando una síntesis superadora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario