La práctica del Yoga se basa en técnicas de respiración, relajamiento y meditación. Esta ciencia milenaria indiana, permite una completa interacción entre mente y cuerpo que puede conducir a una reeducación integral, al autodominio y a una verdadera transformación interior.
El Yoga, a pesar de ser un ejercicio, tanto físico como mental, no cansa, no desperdicia energías y puede ser practicado por todas las personas, porque siempre hay una manera que se adapta a su característica. Como ejercicio mental, el Yoga ayuda a la concentración, a la espiritualidad, independientemente de la creencia religiosa de quien lo practica, sin que le afecte.
Las posiciones del Yoga, también llamadas posturas, forman representaciones simbólicas, que demuestran la manera de estar para obtener una manera de ser, con la posibilidad de circulación de las energías por todo el cuerpo.
Su práctica influye al hombre como un todo, en su plano físico, mental y espiritual, pudiendo con su contínua práctica alcanzar niveles satisfactorios de calidad de vida.
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